Desde que escribí esto en una conversación de texto, al terminar me pregunté de donde venía.
Como todo lo que escribo tenía que venir de alguien, algo o algún momento, y ahora creo que fue inspirado por Abel Velásquez “El Mago” en su poema “El Héroe (Hablado)” y en su canción “El Dragón”, solo espero no ofenderlo con una especie de plagio sino elogiarlo con algo parecido a un complemento o un anexo.
“El Mago” nos habla de cómo es que las mujeres son los únicos seres que aún creen en los cuentos de hadas y de cómo es que los hombres no merecemos a las mujeres, ni vivimos una realidad remotamente parecida a la de ellas y mucho menos podemos darles la vida que merecen y con la que han soñado, en definitiva nos alejamos abismalmente de su ideal de príncipe azul.
Subconscientemente, cuando una mujer (quiero pensar que es más mujer que niña), detonó una memoria, me di cuenta de que las mujeres son más complejas que eso, ella me preguntó: ¿A qué niña no le gustaría ser princesa, o qué su vida fuera cantada y encontrar a su príncipe azul?, y esto fue lo único que supe contestar:
“Hay veces que eres la princesa para alguien, alguien que te canta cuando te habla y definitivamente alguien que ni es azul ni es príncipe pero que por ti desea con todo su ser serlo.
Lo más triste de todo es que hay muchas mujeres que no se dan cuenta de todo eso, puede que el príncipe sea azul, pero no lo es ante sus ojos, no es del tono que soñaron y esperaban, lo dejan huir llorando y esperando se quedan, sin nunca saber que las hizo princesas en su mente y que ahora las olvidó y escribió un cuento de hadas más, con el que las niñas sueñan y creen que es solo fantasía imposible de alcanzar”.
Creo que esto es lo que tantas veces convierte a los príncipes azules en dragones, dragones hechos de lágrimas, cartas de amor sin escribir archivadas en la memoria y medias naranjas con expectativas irreales.
Hoy solo espero que haya alguien allá afuera que haga a este dragón príncipe de nuevo, y que esa mujer/niña que inspiró este pensamiento no se pierda en diferentes tonos de azul: azul cielo, azul rey o incluso azul dragón, y que salve por primera vez de la muerte a un príncipe azul convertido en dragón.
Definitivamente en mi mundo el hombre viene del mono, las mujeres de… (no voy a arruinar el poema), las princesas de la mente de los monos y los dragones del desprecio de las princesas.
Realmente no puedo dedicar este escrito a alguien, sin embargo infinitas gracias a Gaby Tinajero por ser el detonante y haber preguntado sin haber imaginado la consecuencia.