sábado, 16 de junio de 2012

¿Dónde?





Heme aquí, de nuevo presenciando el estado emocional crítico de aquellos que me rodean cantando desafinadas rolas de banda en voces que berrean por amores pasados, amores que pronto quedarán sumergidos en decenas de hidróxidados vasos y amnesias temporales, amores que siento jamás haber conocido, berreos que añoro y lágrimas que envidio.

Ha pasado tanto tiempo.

¿Qué es de mí? Cuando rodeado de personas semejantes escucho palabras sin sentido provenientes de la intoxicación alcohólica.

¿Quién soy sino más que un espectador de la vida?, vida que aparentemente solo pasa frente a mis ojos sin dejar ni una caricia.

¿Dónde están todos esos sentimientos que me han robado?, sentimientos que me olvidaron en un archivo que se empolva y arruga en papel que se torna amarillento y se impregna de un aroma melancólico.

¿Dónde está ese amor que nunca me encuentra?, amor que nunca me encuentras.

Lágrimas que no nacen y ese sentir que simplemente ha dejado de ser.

Repentinamente invaden mi mente sueños que he olvidado y deseos que los corazones sienten sin mí. Amargamente descubro que he olvidado el sabor de la vergüenza al declarar ante amigos el amor que sufro por ella y todos los guajiros sueños a su lado, súbitamente todo lo que habita mi mente es la pregunta: ¿Dónde está ese loco de amor que miraba en el espejo?

¡Pregunta absurda!, ¡si la cuestión eres tú! : ¿Dónde estás?... ¡Tú!

Tú que inspiras esas emociones, esos sentimientos fuera de ciencia y esas agonías fuera de ti, fuera de mí, y sobre todo, fuera de este corazón impermeable que palpita dentro de un pobre e insensibilizado pero irremediablemente insaciable mortal.

¡¿Dónde estás?!, de nuevo: ¡¿Dónde carajos estás?!

Ven a torturarme con miradas, lo que pasaría y quiero que pase.

Con caricias, lo que sentiría y deseo sentir.

Pero sobre todo: con besos, lo que amo y añoro amar.