Con el embriagante sonido de la banda escucho a los amigos declarar su incondicional lealtad, volteo a ver a mi alrededor y todos conversan sobre anécdotas que han compartido.
Creo que no encajo aquí, me refugio en mis poemas y súbitamente ella me besa, me aleja de la congregación, me promete la luna, se desnuda, me desnuda.
Le doy otro trago a mi bebida, me despierta el frío hielo contra los labios y ella sigue ahí, narrando sus historias ignorando mi presencia.
Creo que me iré, dormiré y espero soñar con ella.
A ti, aquella con un nombre que no recuerdo.
Creo que me iré, dormiré y espero soñar con ella.
A ti, aquella con un nombre que no recuerdo.